En entrevista, la coordinadora general de la CLADE y presidenta de la CME, Camilla Croso, destaca las principales banderas de lucha y los desafíos de la sociedad civil en su participación en el Foro Mundial sobre la Educación en Corea. Vea el video en portugués

Fuente: Campanha Nacional pelo Direito à Educação

En entrevista audiovisual a la Campaña Nacional por el Derecho a la Educación de Brasil, la coordinadora general de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) y presidenta de la Campaña Mundial por la Educación (CME), Camilla Croso, comenta las principales demandas de las organizaciones sociales que están reunidas en el Foro Mundial sobre la Educación, con miras a incidir en la aprobación de un marco de acción y una declaración política que deben orientar la agenda para la educación en el mundo hasta el 2030.

“Esperamos que estos documentos puedan incidir en la voluntad política de los Estados para que amplíen el sentido de la realización del derecho humano a la educación, abrazando una agenda amplia, en base a la educación inclusiva, la no discriminación y una educación de calidad para todas y todos y a lo largo de toda la vida”, afirma Camilla.

En el video, ella también valora el aumento de la participación de organizaciones sociales en el actual Foro, en comparación con el encuentro que definió las metas de Dakar en el 2000, y destaca desafíos y puntos de disputa en los debates sobre la nueva agenda. Entre ellos, menciona la resistencia de algunos países a adoptar metas de financiamiento de la educación, tanto para los Estados como para la cooperación internacional, y las perspectivas divergentes en torno al sentido de la educación de calidad que deberá conformar la agenda de educación en el post-2015.

“Un punto de disputa tiene relación con los indicadores de las metas de educación, donde los actores que defienden una concepción reducida de educación y no lograron incluirla en las metas de educación, vienen tratando de promoverla a través de indicadores formulados en base a resultados mensurables de aprendizaje que no toman en cuenta los procesos”, concluye Camilla.