Especialistas discuten el financiamiento y posibilidades de la nueva agenda de desarrollo post-2015

agosto 19, 2015 en América Latina y el Caribe, Internacional, Noticias, Objetivos de Desarrollo del Milenio por Fabíola Munhoz

En el debate, que se realizó en el marco del VIII Encuentro Regional del FRESCE, se destacaron avances y retrocesos en la III Conferencia Internacional sobre la Financiación del Desarrollo y su relación con la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles hasta el 2030

Foto: CLADE

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Como parte del programa del VIII Encuentro del Fondo de la Sociedad Civil para la Educación (FRESCE), que se realizó del 10 al 14 de agosto de 2015 en Buenos Aires, Argentina, tuvo lugar en la mañana del día 11 el debate “Financiamiento para el desarrollo: ¿qué está en juego para América Latina y el Caribe y para la educación?”, con la participación de Ivan Ivanissevich ministro de la Dirección de Asuntos Multilaterales y G-20 del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina, Aldo Caliari, economista y especialista en Derecho Internacional, Naiara Costa Chaves, analista de relaciones internacionales y directora de incidencia de la campaña Beyond 2015 (Más Allá de 2015).

En su intervención, Ivanissevich presentó un balance de su participación en la III Conferencia Internacional sobre Financiación del Desarrollo, que se realizó en Addis Abeba (Etiopía) del 13 al 16 de julio, reuniendo a representantes de 193 Estados Miembros de la ONU con miras a firmar un acuerdo que garantice recursos para la realización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los cuales ya fueron aprobados y se adoptarán formalmente el próximo mes de septiembre en Nueva York para cumplirse hasta el 2030.

El ministro comentó que el rol del sector privado fue muy destacado y defendido durante el encuentro, especialmente a través de la previsión de alianzas público-privadas, tendencia que se observa desde la primera conferencia internacional sobre la financiación del desarrollo realizada en Monterrey en el 2002. “El gran desafío de los países en este contexto es asegurar condiciones necesarias para movilizar ahorros internos públicos y privados, manteniendo niveles adecuados de inversión productiva e incrementando la capacidad de los recursos humanos”, afirmó, defendiendo que se mantengan la salud y la educación como responsabilidad y prioridad de los Estados.

A continuación, Aldo Caliari trazó un histórico respecto a los debates sobre la nueva agenda de desarrollo hasta el 2030, destacando que tuvo su origen en la Conferencia Rio+20, en el 2012, donde se la definió como Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODSs) que deben consistir en una agenda universal, indivisible y sostenible respecto a las dimensiones social, ambiental y económica.

Asimismo, recuperó los antecedentes de la Conferencia Internacional sobre Financiación del Desarrollo en Addis Abeba, comentando las primeras dos conferencias que tuvieron lugar en Monterrey (2002) y Doha (2008). Destacó que este proceso ha sido impulsado por los países en desarrollo con miras a crear una agenda internacional comprensiva e integrada en el tema de la financiación del desarrollo. “Con estas conferencias se ha acrecentado el rol de las Naciones Unidas en política económica y se ha instalado el debate sobre temas sistémicos del desarrollo y del mercado, en un espacio de decisión compartido entre Estados, sociedad civil y sector privado”, afirmó.

Sobre los resultados de Addis Abeba, subrayó como puntos negativos el hecho de que los Estados no comprometieron nuevos recursos para el desarrollo y apelaron a la movilización de recursos internos sin compromisos adecuados en cooperación tributaria, además de la excesiva dependencia del sector privado defendida en el encuentro, a través de Alianzas Público-Privadas y financiamiento combinado. “Esta idea se acordó sin evidencia que la justifique, o marcos de rendición de cuentas”, criticó. Por otro lado, como puntos positivos, destacó la aprobación de mecanismos de facilitación de la cooperación en tecnología, mecanismos de seguimiento a la Conferencia y la reafirmación de los acuerdos de Monterrey y Doha, en contra de la intención de los países más desarrollados de diluir este proceso en los Objetivos de Desarrollo Sostenible [descargue aquí la ponencia de Aldo Caliari].

La nueva agenda de desarrollo hasta el 2030 – En este punto, Naiara Costa Chaves comentó el proceso de incidencia desarrollado por la campaña Beyond 2015 con miras a demandar una agenda que sucediera a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODMs) en base a la cooperación entre el norte y el sur, y a través de un proceso inclusivo y participativo. La campaña se inició en el 2010 con 5 organizaciones del norte del mundo, y hoy abarca 1500 organizaciones en 135 países.

Según Naiara, el preámbulo y la declaración política de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, nueva agenda de desarrollo hasta el 2030, ya se consensuaron y definieron en las negociaciones del Grupo de Trabajo Abierto (Open Working Group), que finalizaron a inicios de este mes de agosto. En la próxima Asamblea General de la ONU, en septiembre, solamente se adoptarán formalmente estos acuerdos, que ya no se podrán modificar.

Naiara explicó que la agenda aprobada, que se define como universal, indivisible e interconectada, pone énfasis en la búsqueda por la paz, acceso a la justicia y equidad, así como el compromiso de los Estados en el sentido de realizar derechos de las poblaciones más vulnerables. “Este es un avance, así como el hecho de que se trata de una agenda elaborada para las personas, con las personas y por las personas. Hubo grande espacio a la participación ciudadana en el diseño, implementación y monitoreo de los compromisos, a partir de consultas incluyentes, participativas y transparentes, lo que es algo inédito en este tipo de negociación”, afirmó.

Subrayó, de otra parte, que la agenda presenta debilidades y retrocesos en lo que toca al tema de la biodiversidad y en la mirada hacia las poblaciones más vulnerables como receptores de políticas y no protagonistas de los cambios. Sin embargo, sugirió que, hacia futuro, la sociedad civil celebre los logros y se movilice para apropiarse de este documento, con miras a incidir por su implementación a nivel nacional. Asimismo, todavía se van a definir en septiembre los medios de implementación de la nueva agenda, que deben reconocer e integrar los acuerdos de Addis Abeba, y crear indicadores para el seguimiento de los nuevos objetivos. “La sociedad civil puede incidir y proponer recomendaciones en la definición de estos parámetros de rendición de cuentas hasta marzo de 2016”, invitó Naiara [mira su ponencia completa aquí].